Por: Redacción Revolución / 28 abril, 2015
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Enviados especiales / Revolución 3.0
(28 de abril, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- Todo comenzó a moverse rápido y con gran intensidad, mis hijos aún dormían, mientras yo preparaba café. Fui corriendo a despertarlos y les grité ‘¡Salgan de la casa porque se está cayendo!’, los tomé de la mano y corrimos, no habíamos llegado a la puerta de la recamara cuando un pedazo de losa cayó sobre la cama y la partió en dos.
Esa fue el pedazo que dio inicio al derrumbe de mi casita. Corrimos para el patio, pero con la mala suerte que siempre acompaña al pobre, la chapa de la puerta se trabó y no pudimos salir, entonces aventé las sillas y metí a mis hijos debajo de la mesa, aunque cayeron pedazos, no nos lastimaron.