A pesar de ser una alumna estudiosa en la carrera de Agroecología en la Universidad Autónoma Chapingo y defender ideales democráticos, Jessica Viviana Reyna Camargo, de 22 años, está encarcelada en Santa Martha Acatitla.essica fue promotora de los cursos que se impartían en comunidades marginadas y donde se enseñaban temas ambientales, manejo del ganado o matemáticas; además fue de las estudiantes que repartía información a estudiantes de secundaria sobre el ingreso a la universidad.
Víctor, Osiel y Laura, amigos de Jessica, narran lo sucedido el día que la joven perdió su libertad. Aquel sábado ella estuvo en la protesta como parte de un trabajo de documentación para la revista Molino de Letras, que edita su universidad.
Encarcelada, la única prueba en su contra es un video
No participó en disturbios, pero policías “cazaron” a Jessica
Por: Anayeli García Martínez
Cimacnoticias | México, DF.- 06/12/2012
A
pesar de ser una alumna estudiosa en la carrera de Agroecología en la
Universidad Autónoma Chapingo y defender ideales democráticos, Jessica
Viviana Reyna Camargo, de 22 años, está encarcelada en Santa Martha
Acatitla.
Amigos de la joven relatan a Cimacnoticias quién es ella
y cómo terminó detenida de forma arbitraria y acusada de disturbios a
la paz pública, luego de participar en las protestas del pasado 1 de
diciembre en avenida Juárez, en esta capital, en el marco de la toma de
protesta de Enrique Peña Nieto a la Presidencia.
La mañana de ese
sábado Jessica se encontró con compañeros de la UNAM con quienes estuvo
durante la movilización en rechazo al retorno del Partido Revolucionario
Institucional (PRI) a Los Pinos.
Desde antes de asistir a las
protestas contra la candidatura de Peña Nieto, la joven ya participaba
en actividades políticas. Como estudiante se integró al Consejo General
de Representantes de su universidad
Jessica ingresó a Chapingo en
2007, pero por razones personales en 2010 tomó un receso en sus
estudios. No obstante, mantuvo presencia en actividades escolares y
políticas, tales como la defensa del presupuesto para las universidades.
Además
en su momento participó en las brigadas de servicios comunitarios
organizadas por la comunidad estudiantil de Chapingo, a fin de conformar
un grupo de estudiantes para ir a comunidades rurales o indígenas a
impartir cursos en diversas áreas.
Jessica fue promotora de los
cursos que se impartían en comunidades marginadas y donde se enseñaban
temas ambientales, manejo del ganado o matemáticas; además fue de las
estudiantes que repartía información a estudiantes de secundaria sobre
el ingreso a la universidad.
Víctor, Osiel y Laura, amigos de
Jessica, narran lo sucedido el día que la joven perdió su libertad.
Aquel sábado ella estuvo en la protesta como parte de un trabajo de
documentación para la revista Molino de Letras, que edita su
universidad.
Jessica tomaba notas y fotografías y no midió los
eventuales riesgos por estar en medio de las y los manifestantes,
sostienen sus amigos.
Víctor y Osiel la vieron en avenida Juárez.
Intercambiaron unas palabras y todos decidieron irse porque las
agresiones estaban subiendo de tono, el panorama se puso feo y optaron
por alejarse del lugar donde ya imperaba el caos.
Jessica estaba
con su amiga Laura y ambas vieron cómo algunas personas, que no
identificaron, hacían pintas en las paredes, irrumpían en centros
comerciales y destruían el inmobiliario público.
Ambas jóvenes
caminaron buscando alejarse del cerco de granaderos y llegaron a la
calle de Bucareli, sin embargo una vez en ese punto se dieron cuenta que
no estaban a salvo porque los cuerpos de seguridad estaban saliendo de
las calles aledañas.
Mientras pensaban hacia donde podían correr
vieron que había barricadas de jóvenes que pretendían impedir el paso de
la policía para no ser golpeados. Comenzaron a escuchar las voces de
alerta: “Ahí está el Estado Mayor (Presidencial)”. Ante el peligro
inminente corrieron.
Ya estaban en Paseo de la Reforma pero
siguieron corriendo. Jessica no pudo ir más rápido y fue detenida por
policías. Tras varios gritos Laura distinguió la voz de su amiga, volteó
y vio a dos hombres uniformados que replegaron a Jessica contra la
pared.
Un tercer policía gritó y señaló con la mano hacia Laura:
“Allá hay otra”. Ella sólo pensó: “Lo peor que puedes hacer en este
momento es una idiotez”. Siguió corriendo hasta llegar con otro amigo a
quien le dijo que habían detenido a Jessica.
Sabían que no podían
hacer nada por ella así que buscaron resguardarse y llegaron a un hotel
donde se refugiaron. Algunos policías entraron al hotel que ya había
cerrado sus puertas y sacaron a unos jóvenes de forma arbitraria.
Según
la versión oficial, las personas que cometieron actos vandálicos fueron
detenidas en avenida Juárez, pero los amigos de Jessica aseguran que
ella fue aprehendida muy cerca de Paseo de la Reforma y otros tantos
dentro del hotel donde se refugiaban.
Los amigos de la joven no
supieron de ella por horas hasta que a uno de ellos le pudo enviar un
mensaje vía celular de un número desconocido: “Jessica, Agencia 50” fue
lo único que alcanzó a decir para informar que estaba en el Ministerio
Público.
A ella la detuvieron, cuentan sus amigos, porque aparece
corriendo en unos videos de seguridad. “Sí estábamos ahí, sí corrimos
pero no hicimos nada”, aclaran y advierten que esta detención como
muchas otras son un “asunto político”.
En tanto, Jessica permanece
encarcelada en San Martha Acatitla acusada de disturbios a la paz
pública, pese a que sus amigos afirman que ella no hizo nada y no hay
más pruebas en su contra que un video donde aparece su imagen, como la
de muchos otros jóvenes.
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