Peña
Nieto contra Atenco
Damián G.
Camacho Guzmán *
Atenco
nos duele pero también nos convoca. El grito de Atenco realizado en mayo de
este año por los estudiantes de la Universidad Iberoamericana, confrontó al
entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto. Gracias a ello emergió el
movimiento estudiantil #YoSoy132 que inauguró el rechazo social contra el ahora
presidente electo.
Los argumentos de Peña Nieto para justificar su
responsabilidad ante los hechos represivos del 4 de mayo de 2006 son indignantes,
están fundamentados legalmente con la carta de impunidad otorgada por los
ministros de la Suprema Corte en febrero de 2009, cuando fue exonerado del
cargo de graves violaciones a las garantías constitucionales en agravio de
Atenco. Por otra parte, el sentimiento social para incriminarlo se basa en un
principio de justicia elemental: si él ordenó ese operativo, él es el
responsable de los asesinatos de dos jóvenes, de la violación de una veintena
de compañeras, del encarcelamiento de 207 personas y de las condenas que
alcanzaron los 112 años y medio de prisión. Por eso, el premio recibido con la
Presidencia de la Republica es socialmente inmoral.
Si algo le incomoda es que hayamos liberado a todos
nuestros presos, pero lo que en verdad le duele es su imagen, su estigma
represivo. A nosotros nos duele Atenco, porque su llegada a la Presidencia de
la República representa la continuación de ese agravio, la falta de justicia
para nuestros pueblos y la impunidad que otorga el poder. En 2001, el entonces
gobernador del estado de México, Arturo Montiel, miembro del grupo Atlacomulco,
al que Peña dice desconocer, sufrió una gran derrota al ver caer su
megaproyecto de aeropuerto internacional en nuestras tierras. Para ellos representó
una pérdida política y económica irreparable, incluso ni siquiera comparable
con la represión de 2006.
El presidente electo aún no toma posesión y ya
cuenta con una victoria: la aprobación de la ley laboral representa el primer
objetivo para alcanzar las reformas estructurales impulsadas por el bloque
dominante, del cual, tanto el PRI como el PAN forman parte. También, es su
primera medición de fuerza frente al bloque social, es el nuevo signo del
despojo en contra del pueblo mexicano. Lo que sigue en la codicia neoliberal
son la reforma energética y la ley hacendaria.
El cálculo que hicimos en el Frente de Pueblos en
Defensa de la Tierra después de las elecciones del 2 de julio, es que la nueva
ofensiva viene contra todos. Sin embargo, hay agravios directos. Peña querrá
confrontarnos para construir el aeropuerto y nosotros no sólo estamos
dispuestos a luchar por defender nuestras tierras sino también por defender
nuestra nación. Ante esta emergencia nacional, decidimos convocar junto a
muchas organizaciones a la Convención Nacional Contra la Imposición (CNCI),
cuyo programa consiste en oponernos a Peña como presidente y a reformas
estructurales.
Nosotros no queremos estar aislados, por ello nos
sumamos para conformar un bloque social desde el pueblo, que acumule fuerza
para frenar la política neoliberal e impulsar un programa social, económico y
político desde abajo. Se trata de impedir que siga el saqueo de nuestros
pueblos con la minería, con la afectación de los recursos naturales, con el
impulso de megaproyectos eólicos, gasoductos y termoeléctricas. Se pretende
defender los procesos autonómicos de seguridad, justicia y educación, los
autogestivos, de autorganización y construcción de democracia directa. Buscamos
construir un México desde sus pueblos y no desde los grupos que hoy lo dominan.
El primero de diciembre se pretende consumar la
llegada de un presidente respaldado por las televisoras. Con ese motivo,
estamos convocando a una jornada de lucha que inicia el 20 de noviembre con un
paro nacional y concluye con un cerco al Congreso de la Unión el primero de
diciembre. Para preparar esas acciones, el día de hoy inicia la reunión de la
Coordinadora Provisional de la CNCI, con una masiva movilización en Tula,
Hidalgo, contra el retorno del PRI, convocada por el Fioac Cnpa-mn, el SME, el
FPDT, estudiantes y otras organizaciones.
Hoy más que nunca el grito de Atenco somos todos es
verdadero, porque en este momento todos nos sentimos amenazados con la llegada
de Peña; sin embargo, la lección de Atenco, que aún hiere a los que dominan, es
que con lucha, organización y dignidad ha logrado lo que pocos han alcanzando:
derrotar al poderoso.
* Integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la
Tierra-Atenco
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