Por Fernado León
Especial para The Narco  News Bulletin
15 de junio 2010
La Organización Campesina Emiliano Zapata – Región Carranza  (OCEZ-RC), se encuentra en estado de alerta por una posible ofensiva del  gobierno federal y del estado de Chiapas, lo que continúa  con la  persecución a la organización campesina y la cual se ha acentuado desde  2009.
La semana pasada, miembros de la OCEZ – RC  estuvieron en la Ciudad de México con diversos propósitos en mente. El  primero, agradecer al representante de la Oficina del Alto Comisionado  de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México (OACNUDH),  Alberto Brunori—quien el 11 de junio terminó su periodo en México para  encargarse de la Oficina en Guatemala—por la solidaridad que mostró con  la OCEZ-RC ante los ataques del gobierno del  estado de Chiapas que criminalizan la lucha de la organización; el  segundo, reunirse con organizaciones de la Ciudad de México y del resto  del país para solidarizarse con su lucha (la huelga de hambre que llevan  a cabo miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas, la lucha por  la liberación de los presos del Frente de Pueblos en Defensa de la  Tierra de Atenco, y la represión a los mineros de Cananea, entre otros);  y el tercero, y tal vez más importante, visibilzar el clima de tensión y  persecución que se vive en las comunidades del municipio de Venustiano  Carranza en Chiapas, en donde en los últimos meses ha habido detenciones  y torturas  a miembros de la OCEZ-RC, así como ataques  de grupos armados.
En entrevista con Narco News, Ricardo Magdaleno miembro de la OCEZ-RC, relató el ambiente de persecución que  padecen sus comunidades. Para su organización, el peligro está latente  pues temen que la presencia militar, policiaca y de grupos armados,  supuestamente ligados al cacique de la región, Jesús Orantes Ruiz,  “prepare otro golpe en contra de la OCEZ-RC.”  Tan solo el 27 de abril pasado, miembros de la organización fueron  atacados con armas de fuego en el predio—ocupado por la OCEZ-RC desde hace diez años y en espera de su  regularización—“El Desengaño” en el municipio de Venustiano Carranza.  Los atacantes portaban uniformes de policía, pero no lograron herir a  ninguno de los campesinos. Magdaleno refiere el temor de que un ataque  similar vuelva a ocurrir, ya que, para él, “hay preocupación porque el  gobierno quiere que haya muertos en nuestra región y quiere justificar  la militarización que se dio a partir del 30 de septiembre del año  pasado.”
Y es que el 30 de septiembre de 2009, José Manuel “Chema” Hernández,  líder de la OCEZ-RC fue detenido por policías  estatales que portaban uniformes de la Comisión Federal de Electricidad  (CFE). Luego de la incertidumbre que prevalecía en la organización  campesina por el paradero de Chema, el gobierno del estado de Chiapas lo  trasladó a un penal en Nayarit para finalmente liberarlo, junto con  otros dos compañeros de Chema que habían sido detenidos en similares  circunstancias el 24 de octubre de ese mismo año, luego de la  movilización de la organización por la libertad de sus compañeros, así  como por el papel que Brunori de la OACNUDH  jugó para evitar que la respuesta de represión del gobierno estatal  hacia la organizacioń se acentuara.
Luis Abarca del Comité de Derechos Humanos de base de Chiapas Digna  Ochoa comenta que, “el contexto de la detención de Chema es un escenario  de criminalización que se va preparando, así como de hostigamiento,  [donde] se filtran informes a la prensa en donde se vincula a la OCEZ, al director del Frayba (Centro de Derechos  Humanos Fray Bartolomé de las Casas), a sacerdotes, al movimiento de  lucha contra las minas, a defensores de derechos humanos”, con grupos  armados. Abarca dice que, “cuando se detiene a Chema se ve que es un  acto de provocación, lo que el gobierno quería era una respuesta  violenta para justificar una incursión masiva del ejército y detenciones  selectivas a luchadores sociales que le son incómodos al gobierno de  Juan Sabines.”
Y es que desde que Chema fue detenido en septiembre de 2009 “todos  los días pasan avionetas y bombarderos militares en vuelos rasantes. Y  desde febrero de 2010 para acá, se empiezan a volver a ver las ‘sombras  negras’ en las comunidades. No sabemos si son pistoleros o militares,  porque no actuán, pero están dentro de las comunidades,” comenta  Magdaleno. La presencia militar, así como de guardias blancas y la  constante criminalización del gobierno, ha generado entre los miembros  de la OCEZ-RC una sensación de peligro. “El  temor es que van actuar asesinando a algún compañero dentro de las  comunidades. Tal vez una masacre como en Acteal,” dice Magdaleno  alarmado.
Luego de la detención de los tres miembros de la OCEZ-RC  entre septiembre y octubre de 2009, la organización campesina instaló  un campamento en la plaza de San Cristóbal para exigir su liberación, la  ofensiva del gobierno del estado pudo serenarse por esta y otras  acciones que la OCEZ-RC realizó durante el  tiempo que sus compañeros estuvieron presos. La intención de la  organización campesina para entablar diálogo con el gobierno del estado  permitió que se instalaran mesas de diálogo entre ambas partes. En ellas  se alcanzaron acuerdos que permitieron, además de la liberación de los  tres campesinos, que se cancelaran las órdenes de aprehensión en contra  de otros miembros de la organización. A pesar del triunfo jurídico  obtenido, Abarca reitera que les “preocupa el clima de criminalización  en el gobierno de Chiapas. Por un lado habla de diálogo y tiene una  imágen donde quiere hacerle creer a la gente que respeta los derechos  humanos pero es solamente una careta de una verdadera política de  criminalización del movimiento social y de los derechos humanos en  Chiapas.” Magdaleno añade que “la única iniciativa que avanzó en las  negociaciones (diciembre 2009) con el gobierno del estado fue en materia  jurídica, es decir, la cancelación de las órdenes de aprehensión, por  la que entró Chema y los otros dos compas [Roselio de la Cruz González y  José Manuel de la Torre Hernández]. De las demandas sociales no hay  nada.”
Sin embargo, la solución a las demandas sociales de la OCEZ parece no ser su peor problema ahora, las  negociaciones con el gobierno del estado “aparentemente, han cancelado  las órdenes de aprehensión, pero con el gobierno federal todavía existen  algunas por debajo del agua en donde se nos acusa de guerrilleros,  terroristas, narcotraficantes, trata de blancas, de banda delictiva,”  dice Magdaleno. Los intentos por  ligar a la organización campesina con grupos armados ha sido parte  de esta ofensiva en contra de la OCEZ-RC. Los  probables delitos de fuero federal que los vinculan con grupos armados o  el crimen organizado, parecieran tener relación con la presencia  militar en la región. Abarca comenta que, “en el gobierno de Chiapas las  decisiones de seguridad las toma el ejército. Hay reuniones entre el  ejército y el gobernador, y ahí se definen las políticas de seguridad y  cómo se trata a las organizaciones sociales. Hay seguimiento de  inteligencia militar en prácticamente todo el estado de Chiapas. Y son  quienes muchas veces  montan las provocaciones, como por ejemplo, el  caso de Chema como lo presentaron en la prensa, etc.” Durante las mesas  de negociación entre el gobierno del estado y la OCEZ-RC,  Abarca añade que el gobernador Juan Sabines fue tajante en cuanto a la  permanencia del ejército en la región por “cuestiones de seguridad  nacional”, asegurando que debido a esta cuestión la presencia del  ejército no entra en las negociaciones.
Frente a este panorama incierto, la OCEZ-RC  se prepara para lo peor. Y vinieron a la Ciudad de México para eso, a  platicar y a difundir su situación con organizaciones de derechos  humanos y otras, pues Magdaleno dice que “para lo que nos estamos  preparando es para el día en que nos golpeen, por si el día de mañana  pueda morir alguien de los perseguidos, y que [las organizaciones de]  derechos humanos sepan quienes son los actores, quienes están metiendo  las manos, que en este caso son: directamente el gobierno federal, el  gobierno del estado, y Jesús Orantes Ruiz, el cacique más grande de la  región.”
Sin embargo, la nueva embestida contra la OCEZ-RC  no altera sus métodos de lucha, “nosotros le estamos apostando al  diálogo, a la solución de nuestras demandas, pero al gobierno del estado  no le interesa la solución de nuestras demandas, lo que le interesa es  desbaratar a como de lugar a nuestra organización. Ante eso preparamos e  informamos a nuestras comunidades, para que cualquier cosa que suceda,  levantemos las voces en movimientos, en marchas, plantones. Esa es la  forma de lucha histórica de la OCEZ”, dice  sereno Ricardo Magdaleno. El horizonte no pinta del todo bien cuando la  persecución apunta directo a la OCEZ-RC, y  Magdaleno finaliza, “ese es el peligro ahorita, y la militarización va  en chinga.”
http://www.narconews.com/Issue65/articulo4140.html
 
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